Rompiendo Barreras
Con motivo del Día de la Diversidad, en el cole hemos dedicado la última semana a profundizar en la atención a la diversidad, un pilar fundamental de nuestro proyecto educativo y una labor que forma parte del día a día en todas las etapas, desde Infantil hasta Bachillerato. Con actividades diseñadas para trabajar desde las tutorías en colaboración con el Departamento de Orientación, este año nos hemos centrado en las barreras físicas y en cómo estas pueden afectar a la participación, la autonomía y el bienestar de las personas.
Los grupos de 1° de Bachillerato contaron con la presencia de Gema González, antigua alumna de Montserrat y madre de dos alumnos de la etapa de Bachillerato. Gema, que trabajó durante más de veinticinco años como maestra de Educación Infantil, compartió su experiencia personal desde que perdió la visión hace dos años y desde que ha sido diagnosticada de dos enfermedades raras. Durante cada sesión con cada uno de los cinco grupos, hubo momentos para desarrollar diferentes dinámicas, así como para aclarar dudas sobre estos temas y compartir experiencias personales del propio alumnado. Gema insistió en aspectos como la importancia de superar las dificultades y luchar contra determinadas ideas preconcebidas hacia las personas con discapacidad.

En los próximos días, retomaremos la actividad prevista para ese día con los grupos de 2° de Bachillerato, que fue aplazada por razones personales. Estos grupos recibirán la visita de Mónica Gil, exalumna de Hipatia, que compartirá su experiencia como paciente de tres enfermedades raras. Seguro que los grupos de 2° se mostrarán tan interesados y participativos como lo estuvieron los de 1° en la actividad del viernes con Gema.
El alumnado de 3º y 4º de ESO llevó a cabo una actividad especial para conocer las barreras que enfrentan las personas con diversidad funcional y proponer soluciones innovadoras.
La sesión comenzó con una ronda de inicio en círculo. Cada estudiante se presentó y respondió a la pregunta “¿Qué superpoder te gustaría tener durante un día y por qué?”. Para hablar, los alumnos y las alumnas pasaban un objeto de mano en mano, de manera que solo quien tenía el objeto podía intervenir. Después, reflexionaron sobre dificultades que afectan a personas, compartiendo experiencias o ejemplos que hubieran visto o sentido. Esta dinámica permitió romper el hielo, conocerse mejor y fomentar la empatía antes de pasar a la actividad principal.

A continuación, los alumnos se organizaron en grupos de trabajo y recibieron diversos casos prácticos, como Marta una niña de 11 años con parálisis cerebral; Luis un hombre de 67 años con pérdida visual producida por una degeneración macular; Amina una niña de 9 años sorda con implantes cocleares; Jordi un chico de 15 años con trastornos específico del lenguaje o Rosario una mujer de 81 años con una enfermedad neurodegenerativa. Cada grupo analizó barreras, investigó soluciones existentes y diseñó un invento o recurso innovador para mejorar la vida de estas personas.
La actividad concluyó con la presentación de los prototipos y una ronda final de reflexión sobre la importancia de la empatía, la accesibilidad y la creatividad para construir una sociedad más inclusiva.
En los grupos de 1º y 2º de ESO decidimos llevar a cabo una serie de talleres para ponerse en el lugar de las personas con sordoceguera, de manera que al final de la jornada los alumnos y alumnas tuvieron una idea más clara de lo que es el día a día para las personas en esta situación, y también dieron cuenta de las complejas y creativas soluciones y herramientas que usan de manera cotidiana para ser personas autónomas.
Los talleres, que fueron llevados a cabo de la mano de la Asociación Española de Familias de Personas con Sordoceguera (APASCIDE), se centraron en varios aspectos. A través del taller de movilidad y orientación, recorrieron distintos circuitos utilizando tapones y antifaces, experimentando cómo desplazarse sin apoyarse en la vista y comprendiendo la importancia de un acompañamiento seguro.
Además, en el taller de Lengua de Signos aprendieron vocabulario básico y descubrieron cómo este lenguaje se convierte en una herramienta esencial para muchas personas sordas y sordociegas. A ello se sumó una primera aproximación al sistema Braille, con actividades de lectura y escritura táctil que despertaron curiosidad e interés por este método de alfabetización.
La jornada concluyó con un espacio de sensibilización sobre los retos diarios a los que se enfrentan las personas sordociegas y la necesidad de construir una sociedad verdaderamente inclusiva. En esta parte de la actividad es donde nuestro alumnado tuvo la oportunidad de compartir lo vivido con sus compañeros, así como de pensar en actitudes o sencillos gestos que podrían realizar para tender puentes de comunicación con personas con diversidad funcional.
Por su parte, el alumnado de Primaria e Infantil trabajó en diversas propuestas que una vez más se centraban en las barreras que a veces dificultan la vida diaria de las personas con distintas capacidades.
Estas sesiones incluyeron una breve reflexión sobre qué significa la diversidad, la identificación de apoyos y barreras presentes en el entorno cotidiano, y dinámicas para fomentar la empatía y el reconocimiento de las necesidades de cada persona.
A través de materiales adaptados a cada edad —cuentos, vídeos y actividades manipulativas— el alumnado pudo comprender cómo ciertas adaptaciones permiten la participación plena de todas las personas y por qué es responsabilidad de todos contribuir a un entorno más accesible y amable.
Por último, el jueves 4 de diciembre por la tarde tuvo lugar una nueva sesión de Pinceladas de nuestro cole, titulada “La diversidad en el Montse”, en la que las familias pudieron conocer de primera mano cómo se trabaja la diversidad de forma transversal en el centro, de la mano del Departamento de Orientación.
Con todas estas iniciativas, el colegio reafirma su compromiso de seguir avanzando hacia un entorno en el que cada estudiante se sienta reconocido, valorado y plenamente partícipe de la vida escolar.